lunes, 12 de octubre de 2015

Todo empezó...

Todo empezó de casualidad, donde nunca hubiese imaginado encontrar a alguien que ahora mismo lo es todo para mi.
Era un 13 de julio. Ubicamos esta historia en Pamplona, en época de las grandes fiestas de esta cuidad, y ahí lo encontré, en un bar. Le miré y le dije a una amiga,
- Ese chico va a ser mio.

Mis amigas y yo empezamos a bailar y yo no le quitaba la mirada, el estaba con sus amigos, y lanzaba alguna que otra mirada hacia nuestro grupo, y entonces una amiga se decidió ha hablarle por mi.
Aparentemente era un chaval con carácter chulesco, pero a mi me había transmitido algo diferente. Al principio se hizo de rogar y cuando me iba del bar me dijo que apuntase su número y que le llamase a las seis de la mañana. Y lo hice, le llame un par de minutos más tarde de las seis y quedamos, los dos estábamos cansados y yo con los nervios a flor de piel, y llegue con dos amigas mías, y le vi esperando sentado con una camiseta negra, un pantalón blanco y el pañuelo de San Fermín atado a la muñeca, el cual luego me regalo como primer recuerdo suyo de aquel día, el cansancio no impidió conocerle, pero ese día no fue como es él.
Estuvimos una hora y media juntos, y a las ocho de la mañana nos despedimos, y  yo pensé que no me debía de ilusionar con el, que solamente me quería para ese día, pero para mi sorpresa eso no fue así. Dos días después me llamo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario